Frase

"El problema de la historia es la historia del problema."
- Hegel

jueves, 3 de noviembre de 2011

Los de Abajo y la muerte del individuo en el cambio de la mentalidad.

El presente texto es una reseña-análisis del libro "Los de Abajo", clásico de la literatura mexicana sobre la revolución.
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Los de Abajo, un verdadero clásico de la literatura mexicana, mucho había yo oído al respecto de el libro, que por muchos lados es citado. Debo admitir que su lectura no me fue fácil, no por complejidad en la trama, en el lenguaje o por manejar conceptos abstractos, todo lo contrario, el libro está escrito en un lenguaje mexicano coloquial, que si para alguien es difícil de leer es para un extranjero; sin embargo ello se debiese a los mexicanismos manejados y no a la redacción, que por cierto es bastante directa y cruda. Si el libro me pareció difícil de leer, es por que la crudeza y banalización de la muerte y la tragedia.

Sucede que la novela fue escrita durante la revolución, por lo que las fuentes del autor fueron testimoniales directas, pudo hablar con la gente y oír las noticias e primera mano, sus descripciones no corresponden a las construcciones de su imaginación, sino que provienen de lo que él vio, y sintió en carne propia; lo anterior vuelve a la novela más difícil de digerir para mí, puesto que no la figuro como un suceso ficticio, sino como una crónica de acontecimientos reales; puesto que bien puede ser que Demetrio Macías sea un nombre inventado, al igual que Venancio, Pancracio o Camila, sin embargo estoy consciente que que hubieron decenas de Demetrios Macías, su historia no es falsa, sino que es la historia que padecieron cientos de personas durante la década que inicia en 1910.

En la novela se pueden apreciar los cambios de contextos, desde la “paz” forzada que existía durante el porfiriato, un acuerdo tácito entre todas las partes de la población, en el cual la gente era explotada pero con límites en su miseria, un status quo que se rompe a finales de Porfiriato, cuando la modernidad y el capitalismo entran de manera más directa al campo mexicano, empujando a terratenientes y hacendados a llevar sus prácticas de explotación a nuevos límites, y es allí donde se da la ruptura definitiva.

Demetrio Macías era un “hombre honráo” que trabajaba la poca tierra que le quedaba, sembraba poco, pero le alcanzaba para mantenerse con su familia, pero conflictos con el cacique local lo llevan a huir y tomar las armas. El cacique local “Mónico” lo acusa de maderista, cuando Demetrio no sabia siquiera que era aquello, el no conocía de política, “a mi esas cosas no me entran” como siempre decía; sin embargo su situación nos lleva forzosamente a preguntarnos, ¿cuantas personas no padecieron de lo mismo?, tildados con adjetivos que desconocían y forzados a abandonar su vida y a luchar por ideales que no comprendía, en una lucha que no era la suya.

No es el caso aislado de la revolución mexicana, en la muchas guerras sucede lo mismo, hombres mueren en guerras que no son las suyas; puesto que ni Madero, ni Carranza, Obregón, Orozco e incluso ni el mismo Villa peleaban por gente como Demétrio.

Ni una macro visión, ni ideales existen en la cuadrilla de Demétrio, él y sus hombres tienden emboscadas para los federales que los van a buscar, pero no ven necesidad alguna de salir de sus serros, allí viven y lo que desean es seguir viviendo allí como antes, poco importa si la comida les era escasa antes de la revolución, si debían trabajar todo el día, si había o no justicia social, esa era la vida que conocía y simplemente les “cuadraba”.

Aquello fue un patrón constante a lo largo del país, uno de los pocos presentes un la mayoría de las regiones del territorio nacional (tan diversas en contextos, situaciones económicas y sociales), el apego que la población tenía su estilo de vida, “campesinos que no querían cambiar”(como dijo Womack), a lo mucho como Villa buscaban “que se respetaran sus derechos”; pero incluso si se analiza dicha demanda de Villa ella no suena muy revolucionaria, pues no propone destruir lo existente o cambiar las normas, por el contrario mantenerlas, simplemente que se respeten las existentes.


Para la cuadrilla de Demetrio conocer a Luis Cervantes fue definitivo, bueno o malo son adjetivos que no se pueden aplicar a dicho acontecimiento, de hecho son adjetivos que no tienen cabida en toda la novela, son quizá las palabras más vacías que existen para describir a los acontecimientos que tienen lugar en “Los de Abajo”; sin embargo el conocer al “el curro” fue algo que selló su destino, Luis Cervantes había estudiado periodismo y conocía de medicina, tenía una visión amplia de lo que sucedía en el país, para él se encontraba en una guerra de ideales, de vencer a los poderos y opresores que se alimentaban de los despojos de la nación. La visión de Cervantes fue lo que los guió a salir de la sierra y unirse a Pánfilo Natéra en la toma de Zacatecas que quedaría inmortalizada en el famoso corrido de la misma.


En la batalla Demetrio y sus hombres destacan por su valor y su desprecio a la muerte, y finalmente ¿a que le podían temer esos hombres? ¿que podían perder?, se lanzan de frente a las ametralladoras riendo y realizando apuestas sobre los “federicos” que desplomarían, logran pasar las trincheras y colaboran de gran manera en la toma de la ciudad, la cual precipitó la caída de Victoriano Huerta.

En la siguiente fase de la novela viene lo que para mí es lo más crucial, crudo y realista de la misma; después de la toma de Zacatecas los hombres de Demetrio conocen la práctica del saqueo, el cual les era desconocido en su sierra, allí al verse en un contexto de carencia de autoridad y donde el saqueo, hurto y la violencia eran algo común, y donde los valores que aplicaban en la sierra no estaban presentes por algún lado, ellos padecen una transformación interna y se lanzan a realizar “avanzadas” para reclamar lo que justamente les corresponde.

Lo que más me llamó la atención de los sucesos que allí se desarrollan es el de las miradas a la muerte, sabemos bien que hace un siglo la muerte era vista de otra manera, las condiciones de salud eran tan precarias que la muerte era algo normal, un invitado a la mesa que siempre seguía a los grupos humanos, mortalidad infantil, enfermedades, querellas que terminaban a cuchilladas o vaciando barriles de revólveres en las cantinas; no obstante se observa un cambio mayor en las perspectivas de la muerte cuando se ven envueltos en la anarquía y barbarie que envuelve a las guerras, allí la muerte de vio despreciada por completo, se llegó a un grado de aceptación tan grande que la muerte de un hombre no significaba nada, se mataba por gusto, como si de comer se tratara, es cierto que la manera en que visualizamos las cosas o el simbolismo que les damos a las mismas varía totalmente dependiendo de el contexto, sin embargo me llamó la atención la velocidad en que dicha adaptación se dio. Poco tiempo y muchas muertes causaron que los hombres sintieran a la vida y a la muerte de otra manera, ganarse una bala en la cabeza era sumamente fácil en medio de una batalla, por lo que fuera de ellas los hombres mantenían en su subconsciente que la muerte era fácil.

De lo anterior puedo observar y plantear la hipótesis de la muerte del sujeto, el individuo no se encuentra presente en Los de Abajo, ni en la revolución mexicana, los contextos van formando a los hombres en la medida en que ellos transforman al contexto, la cantidad masiva de hombres que se ven empujados a realizar acciones que en el fondo no desean o no es su meta, sin embargo se ven inmersos en la inercia del movimiento, como ejemplifico Demetrio, la piedra que se arroja por la barranca no se detiene. Lo mismo sucede con las mentalidades de los hombres, la mentalidad colectiva va transformándose, adaptándose a los nuevos contextos, en los cuales los juicios morales que realizaban en el contexto anterior carecen de validez y de sentido, se ven sucedidos por un nuevo marco moral que responde a las nuevas necesidades, formado por el conjunto de las acciones que realiza la colectividad más el contexto geográfico y natural que los rodea.

La perdida no sólo de la individualidad, sino de el poder de decisión es totalmente evidente el la novela, y al aplicarlo a la realidad nos permite tener una idea más clara de como son los acontecimientos humanos, los grandes movimientos, no sin razón la llamaban “la bola”.

A los hombres de Demetrio se les unen diversos revolucionarios, acostumbrados a sus propias reglas y a realizar las cosas de una cierta manera, logran cambiar igualmente a los hombres de Demetrio, que se comportan ya como el resto de los revolucionarios, se mueven al lugar que sus órdenes les indiquen, las cuales muchas veces son vagas o genéricas, practican el saqueo a todas las poblaciones a las que llegan, lo cual no lo realizan con maldad, lo consideran algo natural, parte de la dinámica de la guerra en la que se encuentran, no es por justificar a sus acciones; sin embargo nunca realizan un juicio sobre sus nuevas prácticas, desde matar por diversión hasta saquear las casas y violar niñas, en todo momento se aprecia la inercia que empuja a los hombres a el contexto de anarquía (no anarquismo) que vive ahora el país.

La cuestión de los ideales se encuentra presente por muchas áreas de la novela, vienen a mi mente un debate histórico acerca de la revolución francesa, en los libros de texto siempre se señala a las ideas de la ilustración como las que causaron a la revolución francesa; sin embargo al ver el contexto nos encontramos con que Francia acababa de pasar el invierno más crudo en 150 años, que la perdida de cosechas disparó una inflación al grado de que una hogaza de pan costase el equivalente al suelo de un mes; por lo tanto, ¿que tanto fueron los ideales ilustrados y que tanto fue el hambre que asolaba Francia lo que empujó a las masas a levantarse?, recordemos que la gente no tenía idea de que significaba la ideología, ellos respondían a sus necesidades básicas, el hambre es algo que todo humano comprende.

En Los de Abajo vemos que los revolucionarios allí presentes tampoco tienen idea de que es el villísmo, ni el carrancismo, o el maderismo, Zapata no es mencionado en la obra, ellos se encontraban ya peleando, empujados allí por conflictos sociales que no se encontraban relacionados con las causa que empujaron a sus líderes supremos a la revolución. De alguna manera Villa sí se identificaba con estos hombres, puesto que él tampoco perseguía ideología y si entró a la revolución fue por encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocada, y porque le gustaba mucho el “relajo” que la revolución prometía; sin embargo esa falta de ideales se vio en la manera en que se unió a Madero, luchó contra Orozco, Huerta, Carranza, Obregón, el enemigo por ser enemigo y no por tener ideales encontrados, un situacionalísmo y el actuar como contrapeso era lo que definía muchas veces a la postura de Villa.

En los casos que aparecen en el libro la situación es la misma, desde los federales reclutados en la leva, a los desertores de ella, los campesinos o vaqueros del norte, nadie pelea por los elocuentes discursos que declaman los hombres que saben “escreber”, palabras demasiado complicadas, ideas demasiado abstractas, ¿patria? ¿nación?, ¿qué puede significar aquello para el que vive en la sierra?, sin duda aplauden cuando dichas palabras se dicen en un brindis celebrando la victoria, pues ciertamente suenan complicadas y bonitas; pero la revolución mexicana funcionaba más como un tren, tú no tomas un ferrocarril, él te lleva.

Cuando Demetrio adquiere un ejército más grande se dirige hacia Aguascalientes, no sabe de los acontecimientos que allí sucede, sólo Luis Cervantes le aconseja ir, puesto que él si tiene conciencia de la importancia de la convención que están llevando a cabo los lideres revolucionarios, llegan a la ciudad, la cual se encuentra en ruinas, ha tenido mejores momentos, y allí deben decir a que facción de las que ahora emergen se van a unir, Demetrio por supuesto no ve diferencia entre ambas, ¿Carranza es bueno? ¿Villa? Da igual, de todas maneras vamos a tener que matar y pelear.

Realmente no había mucha diferencia ideológica entre ambas facciones, es por ello que Friedrich Katz afirma que el nivel del violencia que desató la lucha denominada “de facciones” es misteriosa e intrigante, ya que no eran muy distintas entre sí y su enemigo ya había sido derrotado. Aún que en lo que sigue de la obra no se ven combates más sangrientos o dicho nivel de violencia de manera directa, si se entrevé bastante bien el hecho de que el nuevo combate era diferente a todo lo que habían hasta ahora realizado. La bola de Demetrio se encuentra ya cansada, desmoralizada, con padecimientos de hambre y sed mientras marchan eternamente a enfrentar a un nuevo enemigo, los hombres se encuentran ya muy lejos de sus tierras, y mueren por todos lados sin saber porqué y matan desconociendo el pecado del abatido.

Dicha situación afectaba ya psicológicamente a los hombres, si la muerte se había ya banalizado y convertido en algo sumamente normal, ahora se estaba volviendo enervarte, mareaba ya el tener que matar y ser matado sin razón, simplemente por inercia y costumbre, todo propósito perdido, matando hombro a hombro con antiguos federales, aquellos que anteriormente eran el enemigo encarnizado y odiado, “pos yo que no me comprendo por qué seguimos luchando, ¿pos no que ya destruimos a la federación?”.

Aquél mareo de años de guerra tiene efectos no sólo en la mente de los hombres, sino en la situación económica del país que vivió una hambruna y escaecés de alimentos enorme. Cuando los hombres de Demetrio llegan a los pueblos y se dirigen a pedir alimentos, la señora que los atiende les indica que sólo hay para comer chile picado y sal, ni siquiera tortillas tiene la gente, pues no hubo cultivos de maíz en la temporada. La violencia que desencadenó la lucha de facciones causó perdidas en los cultivos, pueblos que huyeron no pudieron cultivar, el país quedó descuidado en todos los sentidos, las oficinas de gobierno se encontraban vacías, no había servicios públicos, agua, alumbrado, limpieza de calles, trámites, escuelas, todo ello se había terminado en la guerra civil que ahora se extendía por grandes áreas del país; incluso se puede ver el despreció de la gente hacia el dinero, que ya no tenía validez, con los cambios de presidente que había la moneda igual cambiaba y perdía su valor, cuando los revolucionarios mostraron su dinero a la señora de la fonda para incentivarla a darles de comer, ella les contestó “pues cómanse sus billetes si tantos tienen”.

Dichas circunstancias calaban hondo en el país y sus habitantes, cargaban oro y joyas que habían saqueado, pero sus ropas se encontraban hechas jirones y sus provisiones vacías. En aquello andaban Demetrio y los suyos cuando se enteran de que Pancho Villa había sido revolcado en Celaya, su aura de invicto ya no existía, que era parte de lo que juntaba a tan grandes cantidades de hombres a su alrededor. Desmotivados y hambrientos, Demetrio dirige a sus hombres a Zacatecas, de regreso a su sierra, lo cual no fue la decisión más acertada puesto que al haber vencido Obregón a Villa en el bajío las tropas carrancistas se encontraban cazando a los supervivientes de la división del norte.

Después de un fugaz y triste encuentro con su familia, Demetrio y sus hombres se hallaban caminando por los cerros en los cuales cazaban federales tiempo atrás, y de la misma manera en que Demetrio y sus hombres habían emboscado a los pelones, caen ellos en una emboscada de las tropas carrancistas, que con ametralladoras los desgarran desde las alturas, uno a uno caen los hermanos de armas de Demetrio, sus amigos son cortados por fuego de ametralladora que les llueve de las colinas, Demetrio rueda y se parapeta en una pequeña gruta, y sin errar un tiro comienza a matar carrancistas.

El final del libro deja un triste sabor en la boca, la suerte de Demetrio es desconocida, aún que se entrevé que se salvó por el momento, puesto que los carrancistas se iban a perseguir a los que huían; sin embargo la novela llega a un fin ya conocido:

Sabemos en qué terminó la revolución, qué fue de la nación años más tarde, y el hecho de que Mariano Azuela termine su novela en 1916 nos permite ver que realizó una descripción de lo que tenía a su alrededor, que el hambre, la escasez, la violencia y el brutal cambio de contexto que se vio en el país fue real, que las circusntancias materiales y de la colectividad imaginaria empujaron a los hombres a la guerra, a matarse sin tregua, enfrascados en una guerra civil. Sin embargo no hay que perder de vista que Azuela describe sólo una cara de la revolución, el movimiento zapatista no se ve reflejado ni el norte descrito, sin embargo lo que de ella podemos extraer es muy rico.

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