Frase

"El problema de la historia es la historia del problema."
- Hegel

lunes, 31 de octubre de 2011

Voltaire y la concepción de la Edad Media.

El presente ensayo habla sobre la acuñación del término "edad media", así como de la perspectiva que tenían los hombres de la ilustración del periodo medieval, ligándo lo anterior con el libro Cándido de Voltaire, para señalar la visión de Voltaire sobre el pasado europeo.

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El concepto “edad media” es sin duda conocido por muchas personas con cierto grado de educación, sin embargo, el hecho de que sea conocido por ellas, no significa que sea un concepto que se comprenda correctamente, en la mayoría de las veces, se asocia con películas de caballeros, o a imágenes de lejanos castillos, princesas y hasta dragones.

Esto sin embargo no es sólo culpa de la ignorancia de nosotros, ya que también en el mundo académico no se llegan a consensos universales sobre este término, e incluso al uso del mismo, ya que es un termino algo incompleto a veces; sin embargo, por lo genera,l se refiere al periodo que abarcó de los inicios de los estados germánico – cristianos en Europa, a la llegada de el arte, el comercio y el florecimiento del humanismo.

Si me pidiesen resumir a la edad media en una oración, seguramente diría que fue un periodo de apantanamiento de la civilización en el que el fuerte abusaba del débil con la bendición de la iglesia católica. El problema es que la edad media no fue realmente así, en ella sucedió de todo, y es durante ella donde se forja gran parte de la cultura occidental, que para bien o para mal es la que tenemos. Tampoco se puede decir que en ella todo sucedió y que mi oración inicial es incorrecta, no lo es, mas que una definición incorrecta, es incompleta; ya que durante los aproximadamente mil años que duró el medioevo, los avances en la ciencia, arte, filosofía y mecánica fueron a una velocidad estrepitosamente lenta, si la comparamos con los siglos antes de la edad media, durante el mundo clásico, y los años después, con el surgimiento del humanismo y el desarrollo de las ciencias.

Marx nos dice que cada modelo de producción crea a la clase social que va a llevarla a su destrucción. El modelo de producción de la edad media fue el feudalismo, y efectivamente creó a la clase burguesa, originalmente a los comerciantes o banqueros, que fueron teniendo negocios fructíferos, que consistían en hacer quebrar a sus similares para poder quedarse con sus clientes, actividad sumamente buena y útil que hasta la fecha sigue siendo popular.

La burguesía comienza a hacer algunas cosas que resultan fastidiosas e innecesarias para la iglesia, tales como pensar, razonar o hacer arte y música que tuviesen como inspiración al hombre. El razonar comienza a volverse popular en algunos círculos de la burguesía o las personas acomodadas, a quienes les resulta fastidioso que todo estuviese prohibido u oculto por la iglesia, y se dan la tarea de iluminar a su siglo. Uno de esos hombres fue Jean-Marie Auret, que posteriormente decidió cambiar su nombre a uno que fuese más acorde a su personalidad: golpe de aire, Volt-aire.

El hombre que no fue nada en la vida. Uno puede decir que no ha sido el único, que Leonardo da Vinci o Michelángelo tampoco fueron “algo”, sin embargo ellos al menos tienen el consuelo de que si preguntásemos a alguien con moderada educación nos podrían responder que son – o fueron, “artistas”, mientras que Voltaire se queda sin oficio con el cual pueda ser calificado.

Y es que lo intentó de todo, escribió teatros, tanto tragedias como comedias, realizó escritos serios, de razonamientos del tipo filosófico, escribió cuentos, novelas, tratados diversos, también fue preso político en varias ocasiones y llegó a conocer bien a la Bastilla; pero además fue hombre de negocios, e incluso se ejercitó en la noble profesión del derecho. En la cual los hombres de buen corazón se dedican a ayudar al prójimo con problemas legales, y luchan por que cualquier despojo de tierra o dinero, se haga de la manera más legal posible.

Voltaire acuñó una frase que define a la perfección a la profesión del abogado: “Puedo no estar de acuerdo con lo que tu dices, pero daré mi vida por defender tu derecho a decirlo”. Se podría decir que fue una de sus máximas, y encontramos que siempre fue coherente con ella tanto en sus escritos, como en sus acciones; puesto que no por placer fue a dormir a la Bastilla.

Sin embargo a Voltaire no se le cita entre los notables abogados, empresarios, dramaturgos, escritores, ni filósofos. A pesar de eso, es mencionado en un sin número de textos y acreditado como uno de los hombres que dieron los pilares para que la humanidad pueda llegar triunfante y con la frente en alto a la excelsa democracia liberal, con la que la historia llega a su fin, como dirían algunos economistas de Harvard. Sus ideas son reconocidas como armas invaluables para la destrucción de la monarquía aquel 14 de julio de 1789, armas razonadas y escritas por un hombre que fue amante de la aristocracia.

Voltaire, tenia como misión en la vida atacar a la ignorancia, y en pro de lograr su objetivo, elaboró junto con Denis Diderot – un hereje , la Enciclopedia, que pretendía ser la suma de los conocimientos del hombre en varios tomos; además de que firmaba todas sus cartas con la frase: “Destruyamos a la infame!” - refiriéndose a la ignorancia.

Critico mordaz de todo lo que no le agradaba, afilaba su pluma y escribía – sin duda muriéndose de la risa mientras lo hacía, sin temer quienes pudiesen “ponerse el saco” o recibir las estocadas que propinaba a diestra y siniestra contra las supersticiones, la intolerancia, la injusticia, la hipocresía, en una palabra, la ignorancia.

Cándido, uno de los cuentos cortos con los que Voltaire sigue en la memoria de la sociedad en el siglo XXI, consta de un viaje por el mundo – aun que en realidad se refiera a recorrer a todos los aspectos de la sociedad y la mente humana.

Al principio nos encontramos con que Cándido cree firmemente en lo que dice su gran maestro Pangloss, el mejor filósofo de Thundertentronckh y por consiguiente del mundo entero. En pangloss Voltaire personifica a Leibniz, el filósofo matemático que tenía el postulado metafísico de que todo sucede para bien, en el mejor de los mundos posibles. Y ataca sin piedad y por todos los ángulos a la filosofía metafísica de Leibniz, pero su crítica no se reduce a dicho filósofo alemán, sino a la metafísica en general, incluido Reneé Descartes, pues la manera en que Pangloss hace sus deducciones recuerdan mucho al discurso del método de Descartes.

Voltaire, como prototipo del hombre ilustrado rechaza todo lo que requiera un acto de fé, las cosas deben de ser demostradas de una manera material, era un precursor del materialismo, y por lo tanto rechazaba a la metafísica de una manera tajante. Si Voltaire creía en dios, no era por que fuese un hombre de fe – la cual siempre atacó, sino por que en esa época no existían ni el 2% de los avances en la ciencia que existen ahora, obviamente resultaba muy difícil explicar el universo sin recurrir a dios, ¿como más pudo haber surgido todo? Recordemos que sus conocimientos de astronomía eran nulos a comparación con ahora, y ni Einstein ni Hawkins habían desarrollado lo que incluso hoy aún requiere de trabajo.

Esto lo vemos claramente en las figuras de Cándido y de Pangloss, puesto que Pangloss de alguna manera representa al dogma, al cual se le debe de creer, puesto que simplemente es el mejor filosofo, mientras que Cándido representa al hombre simple, que cree todo lo que le digan, sin poner las cosas en una franca duda. Voltaire se está riendo de la gente, mientras nos demuestra lo ridículos que llegan a ser los actos de fe, porque a pesar de que esté la tempestad, los terremotos destruyéndonos y estén a punto de quemarnos en la hoguera – todo va a salir bien, ¿por qué? Porque es el mejor de los mundos posibles, fin. La edad media había terminado, gritaba Voltaire, ya no debemos de cerrar los ojos ante el mundo, si la evidencia apunta algo distinto a nuestras creencias, a diablo las creencias!.

En la edad media, la iglesia católica tuvo el monopolio de la fe y la esperanza, cuando Teodosio decretó en el año 380 que la religión cristiana sería la única aceptada en el imperio, el cristianismo se afianzó en una hegemonía que perduraría hasta que haría su aparición el monje alemán Martín Lutero. Esta condición fue en parte la causante del gran atraso que se vivió durante la edad media, por que aún que hay que resaltar que las invasiones germánicas sin duda destruyeron todo a su paso, acabando con el conocimiento tanto de arte como de ciencia, cuando siglos más tarde los individuos intentaron retomar la búsqueda del conocimiento, la iglesia decidió estimular a los artistas y científicos con el fuego, o con las visitas guiadas a calabozos. Por alguna razón los estímulos no fueron muy efectivos, y el progreso en los campos del conocimiento decidió esperarse unos siglos más.

Quizá sea por esa razón que Voltaire sentía una aversión tan grande hacía la iglesia, ya que se puede ver en casi todos los capítulos de Cándido que ella no era del agrado el autor. La primera vez que la aversión a la iglesia se manifiesta es cuando Cándido sin dinero llega a Holanda, y un hombre muy religioso se rehúsa a darle caridad sólo porque Cándido no era protestante. Y es aquí donde Voltaire escribe una de las blasfemias más grandes de su cuento, porque sucede que todos los hombres correctamente religiosos rechazan a Cándido y lo echan, sin embargo Cándido encuentra ayuda de un tal Jacobo, un anabaptista. Jacobo acoge a Cándido y lo ayuda de una manera tan bondadosa como prácticamente no se vuelve a ver en el libro.

¿Por qué es esto una blasfemia enorme? Porque Jacobo era anabaptista, osea no había sido bautizado, y según la iglesia católica, alguien que no ha sido bautizado no está libre del pecado original, por lo tanto todo lo que haga es un pecado y esa persona, no puede ser buena. Y Jacobo no sólo es bueno, sino que es mejor que todos aquellos que sí fueron bautizados, que no ayudan a Cándido. De esta manera Voltaire afirma que las tradiciones católicas son patrañas, al igual que niega el génesis y al nuevo testamento, puesto que Jesús mismo necesita ser bautizado antes de hacer su misión; sin embargo aquí está un hombre que conserva la culpa primigenia, demostrando ser mejor humano que los cristianos. Allí Voltaire dice que la diferencia no reside en la fe, si no en el carácter de cada persona y en sus valores humanos, independientes de su creencia. Y esto, era una blasfemia de magnitudes mayores, que de haber vivido Voltaire cien años antes, sin duda hubiese acabado quemado.

La cuestión religiosa continua en Lisboa, en donde se nos expone de manera colosal la ridiculez e incongruencia de la religión, cuando primeramente son censurados por expresar sus opiniones por un inquisidor, y luego son llevados a la hoguera a “fuego lento” para purificar los pecados. Intolerancia, fanatismo e ignorancia, las mayores enemigas de Voltaire juntas en un capítulo.

¿Habrá Voltaire inventado el sarcasmo moderno?, lo desconozco, no obstante estoy seguro de que pocos lo han usado como él, algo que debió de darle un sin número de enemigos. El sarcasmo con el cual las situaciones ridículas son repetidas una y otra vez, casi textualmente, tiene un efecto demoledor. Tiemblan los cimientos de la sociedad medieval ante la pluma de Voltaire, lo cual era lo que precisamente buscaba hacer.

¿Qué le molestaba de la edad media? , se podría resumir en: las incesables guerras, la ignorancia de la plebe, el fanatismo de la iglesia y la intolerancia regionalista; en pocas palabras: todo.

El movimiento ilustrado mera la antítesis de la sociedad medieval, en todos los aspectos posibles, sin religión, sin regionalismos, no a la intolerancia, no a las guerras, pues constituían los mayores males sobre la tierra, la evidencia estaba en que durante los mil años de esos cuatro factores, no se había progresado en mucho, y por el contrario se estaba retomando lo que se había producido antes.

El caso de las guerras y la muerte es bastante curioso en Cándido, se nota claramente el desprecio que Voltaire siete hacia ellas, ya que hace de la guerra la pasarela más ridícula imaginable, la manera tan sencilla en que nos relata como se queman pueblos etc. me parece genial, ¿para que dar detalles profundos sobre los horrores de la guerra? Cuando en pocas lineas, de manera simple y sin detalles nos presenta la crudeza de las batallas.

Y ellas eran algo muy común en la época de Voltaire, aunque han sido algo muy común siempre, especialmente en la edad media, donde cada pequeño pueblo estaba en guerra con sus vecinos, el fuerte extorsionaba al débil, y era un melé de todos contra todos, en el cual no se hacía distinción alguna.

Pasa igual con la muerte, en el libro de Cándido, la muerte es tratada con la mayor ligereza imaginable, incluso cuando se nos narra sobre los llantos o lagrimas vertidas por algún difunto, se menciona de paso, casi con comicidad . Esta carencia de profundidad, hace que la muerte nos golpee de frente en el rostro, queremos saber más, más detalles o mas respeto por la muerte, sin embargo Voltaire no tiene compasión, no muestra el mínimo respeto por la muerte, de la misma manera que la sociedad no muestra respeto por los vivos, critica de una manera magnánima a la violencia en el mundo, pues nos demuestra que no le damos el valor que se merecen a los vivos, y ya que están muertos pretendemos darles su lugar con lágrimas, cuando ya no tiene caso alguno llorar por ellos. Voltaire es duro, no perdona.

Hace honor a su nombre, puesto que podemos sentir los golpes profundos que realiza en nuestro ser, no necesariamente porque ofenda a nuestras creencias, si no porque nos abre los ojos a puñetazos, sobre lo que sucede bajo nuestras narices mientras nosotros callamos o no hacemos algo. Voltaire es cruel, porque tanto castiga a quien mata la vaca, como al que le agarra la pata, como a quien mira la escena, así nosotros recibimos también senderos puñetazos de aire en el rostro. Y ni se diga de quienes matan a la vaca, la iglesia se lleva por mucho la peor parte de la artillería voltairiana, no precisamente por lo que deben defender, si no por lo que en realidad hacen.

¡Dios y libertad!, gritaba por las calles Voltaire, dios, Voltaire no reprochaba a la iglesia abogar por un dios, le reprochaba justamente hace lo contrario. Estar más involucrada en cosas humanas, superficiales, de poder o de política. Era obvio que de existir dios, de ser omnipotente, omnisciente, etc. etc. en lo mínimo le iba a importar quien era maniqueo, quien sociniano, luterano, judío o católico. ¿como podía importarle a dios, si se comía carne en viernes? Cuando él había creado al universo entero y a todo lo que en él había.

Voltaire, junto con Diderot eran agnósticos panteístas, dios estaba en todas parte, era todo, la naturaleza, el universo, tanto físico como espiritual. Ellos, sin embargo no habían inventado el panteísmo, este resultaba ser la consecuencia de usar la mente para razonar un poco sobre el universo, el panteísmo era la respuesta lógica en una época en que aún no se hablaba de galaxias, y apenas se acababa de descubrir qué era la luz.

Para la iglesia antigua, ser panteísta era igual que ser ateo, puesto que decir que dios no le importa ni interviene en el mundo, era casi como decir que no existía; sin embargo no era sí para Voltaire, el afirmaba que dios debía de existir, ya que debía de haber un orden en el universo, en la naturaleza, y dios era lo que le daba coherencia a todo. Por lo tanto, podríamos decir que su dios era la personificación de lo que ahora llamamos la leyes de la física – las cuales en época de nuestro autor apenas estaban siendo esbozadas.

Inferimos pues, que el grito de batalla de Volt aire, debe de ser interpretado no en el sentido teológico de “dios” y libertad, sino en el de orden, coherencia, sentido, lógica y libertad. Tenemos así que él era un precursor del racionalismo, claro que no fanatizaba con la idea de la racionalización extrema, puesto que vemos claramente las alciones cómicas a los matemáticos o a los metodistas cartesianos.

A pesar de que Cándido como obra literaria consiste en una refutación de todo lo que Voltaire consideraba anticuado, ilógico, - medieval; en ella vemos claramente una imagen general que plantea una de las visiones medievales más grandes, quizá la parte más importante de la edad media, que muchas veces pasa desapercibida cuando se ve bajo un enfoque histórico – la búsqueda del ideal.

Y es, que el cuento Cándido es desde una perspectiva más alejada, la idealización del mundo, y la búsqueda perpetua de el ideal. Se construye un mundo idealizado, se defiende con argumentos metafísicos y endebles, su defensa constituye más bien en que no se abandona la esperanza de alcanzar dicho ideal, el mayor acto de fe posible; como diría Nietzsche – significa no querer ver la verdad.

Recordemos que durante la edad media todo era la idealización y la búsqueda de dicho ideal, y lo vemos en todos lados de muchas maneras posibles, allí está el santo grial y su interminable búsqueda. En un ámbito más terrenal, tenemos la idealización del emperador mundial, el del imperio romano, y la eterna búsqueda por unificar a Europa, ser ungido y proclamado sacro emperador de roma. Está también presente en las cruzadas, la tierra santa, el ideal de servir a cristo como soldado en la lucha por la fe única. Tenemos el ideal del caballero, con su código de caballería y todos los preceptos de lo que debe ser uno de ellos; la búsqueda del caballero ideal estuvo presente en la edad media, y se observa en literatura mítica medieval, como el rey Arturo, como Lanzarote.

Para la edad media los ideales comienzan con Agustín de Hipona, en el Sofifóbico o antifilósofo que senta las bases de nuestra cultura y de la búsqueda del ideal. Civitas Dei, su ciudad de dios, forma la piedra angular de la búsqueda del ideal y de la perfección, en su obra nos deja claro, como se debe de luchar para alcanzar el ideal de la ciudad perfecta, donde la moral de la sociedad sea elevada y lo material no tenga valor. De él es quien se basan teórica o espiritualmente loas personas medievales para lanzarse en la búsqueda del ideal. Es evidente que Agustín no inventó nada, y que el ideal es un concepto Griego, que Platón llevó al extremo, dándole la forma que Plotino – y posteriormente Agustín adoptarían; no obstante la filosofía griega había quedado olvidada en la edad media, al perderse el conocimiento sobre ella, e incluso sobre el griego, es por eso que se basaban en La ciudad de dios, y no el la república, por lo tanto menciono a Agustín como fuente de inspiración para el ideal y no a Platón.

Como pequeño paréntesis, ¿por que nombro a Agustín un antifilósofo?, simplemente lo hago retomando la etimología y a la obre de l obispo de Hipona. Filósofo viene del griego y significa “aquel que ama a la sabiduría”, sabiduría era la palabra griega para conocimiento. Ahora bien, Agustín nos dice en Ciudad de dios, que la fe es enemiga de la razón, y que la fe siempre vencerá al conocimiento, el cual puede ser malo, pues induce al hombre al pecado. Ahora bien, ¿como aplicar el calificativo de filósofo a alguien que afirma lo contrario en sus escritos?

Cándido siempre busca, pero nunca encuentra, y siempre parece ser que el ideal se le escapa de las manos por centímetros, que esta cerca, pero siempre resulta ser un espejismo, se encuentra persiguiendo fantasmas, con una actitud siempre positiva, puesto que la esperanza muere al último.

Esto resulta bastante molesto para nuestro Voltaire, que como ya hemos dicho no concibe que una empresa pueda llevarse acabo sin algún argumento sólido o universal, es por eso que toda la fábula de Cándido es la exposición de estas ideas sometidas al ridículo, a la ironía ciceroniana. Puesto que nos demuestra que al final de todo el viaje, después de aparentemente haber alcanzado el ideal, resulta que este no existe, que simplemente era un figmento de nuestra imaginación; que no nos brindará la felicidad anhelada, puesto que no es más que eso, un ideal.

Decia Voltaire, que ridículo es embarcarse en una odisea en un mundo en el que las cosas malas suceden, si algo puede salir mal, va a salir mal, de una u otra manera, sin embargo esto no se debe a la voluntad divina o de algún ser supremo, simplemente es resultado de que muchas cosas son hechas por los humanos, y el humano es codicioso, busca su propio beneficio, tiene pocos escrúpulos, es parte del carácter. El cual no tiene relación alguna con la religión o nacionalidad, es algo universal. Por eso los sacerdotes católicos roban a Cándido, los protestantes lo rechazan, los islámicos los esclavizan, los judíos los agreden.

Todas las religiones son lo mismo para Voltaire, por eso ridiculiza los conflictos medievales y el odio racial y religioso, las persecuciones de judío, las quemas de herejes, la expulsión islámica, así como ridiculiza el supuesto humanismo de los protestantes. La única teología que es buena para Voltaire, la que tiene sentido, es la que carece de normas, la que no es religión.

Y esto lo vemos en El dorado, la sociedad perfecta, es la que se rige por la razón, el conocimiento y los valores humanos intrínsecos, independientes de lo que se es, pues antes de adoptar adjetivos distintivos somos humanos. El dorado es el mejor de los mundos posibles, no es perfecto, pero es lo mejor que hay. Si observamos en El dorado creen en dios, jamás se duda de su existencia, pues hacerlo sería ir en contra de la razón (de la época), sin embargo el concepto que tienen de dios, es el concepto Deísta, que compartian los enciclopedistas. Es por eso que Voltaire pone a la relación de los Incas con su dios, como la ideal. Otra blasfemia – que tira más a insulto directo, es el hecho de que cuando Cándido pregunta por los sacerdotes – a los cuales describe de una manera muy acertada, el rey Inca le responde que tendrían que ser idiotas para aceptar gente así en su sociedad.

También se observa aquí el despreció a lo material que Voltaire sentía, en El dorado el dinero no corrompe a las personas, se burlan de él, y con justa razón, ¿porque habrían de matarse por algo carente de uso? Ni siquiera es comestible. Recordemos como durante la edad media y durante la época de nuestro autor, las guerras tenían muchas veces un carácter de acumulación de riqueza. Aquí se hace de igual forma una burla al mercantilismo, filosofía que Voltaire veía con incredulidad, por la manera en que ella busca como máximo fin la acumulación de metales preciosos.

El mercantilismo surge directamente de la edad media, pues la clase burguesa de comerciantes que surge del feudalismo, se basó en principio en el comercio de especias y artículos valiosos de oriente, pero rápidamente evolucionó al mercantilismo con fines de acumulación de riqueza cuando se necesitó mayor financiamiento para los grandes ejércitos del siglo XVI, y a raíz del saqueo de América por parte de las naciones europeas.

Y referente a la colonización de América y retomando lo de El dorado, Voltaire no busca decir que la sociedad de los indígenas era la mejor, aun que si rescata muchos aspectos positivas de ella, en especial de la Inca, pues su sistema económico era una especie de socialismo. Más bien, Voltaire nos dice que la colonización de América fue un fracaso, ya que en América existía la posibilidad de iniciar un mundo basado en la razón y sin ignorancia, sin embargo los europeos exportaron todos sus vicios al nuevo continente, creando la misma sociedad decadente que nuestro autor observaba en Europa, el ejemplo de ello son las constantes guerras a las que se les hace alusión, no sólo a las de Sudamérica, pero también a la Franco-inglesa por las tierras del Canadá.

¿Qué nos enseña en Cándido?

La pluma de Voltaire, que se puede confundir con un sable, desgarra a todo lo que a él no le parece coherente, exponiendo a “lo infame”, es magistral observar que muchas de las observaciones de Voltaire siguen vigentes, será que la sociedad siempre será sociedad, o que aún falta mucho que recorrer para vencer a los némesis de la ilustración. La cual ha demostrado ya fallas que nuestro autor no había previsto, no obstante reírnos con las ocurrencias en el mejor de los mundos posibles es algo sumamente cómico, “Es una total injusticia, pues señor, yo No soy un hereje Sonciniano eso es falso, yo en realidad soy Maniquéo”.

Eccrasóns le infame, destruyamos a la infame.