Frase

"El problema de la historia es la historia del problema."
- Hegel

martes, 29 de noviembre de 2011

Sobre la Gran matanza de los gatos y otros relatos.

La gran matanza de los gatos.

Darnton, Robert, La gran matanza de los gatos, Fondo de cultura económica, 2006.

Leyendo y comparando las diferentes versiones de los “cuentos de hadas” de Europa occidental, interpretando el testimonio de un oficial de imprenta, analizando el la obra de un burgués sobre su ciudad, revisando los archivos de un “policía” parisino encargado de vigilar a los autores revisando el esquema de clasificación de las ciencias en la enciclopedia, y finalmente leyendo el archivo de correspondencia de un burgués que describe sus lecturas; es como Robert Darnton se adentra en los pensamientos de algunos sectores de la Francia en el siglo de las luces.

Una serie de trabajos de historia cultural, historia del libro, son lo que recopila Darnton en la matanza de los gatos. A primera vista, pensé en algo similar al El Queso y los gusanos, de Ginzburg, y que Darnton reconstruiría de manera similar el trasfondo mental que impulsó a los trabajadores a matar todos esos gatos; sin embargo me topé con algo bastante distinto.

El acercamiento que Darnton realiza ante sus problemas históricos está más alejado de la historia, y más cercano a la antropología, las preguntas que le realiza a sus fuentes son innovadores, pero me parece que no encuentra las respuestas a varias de sus preguntas de investigación.

Las fuentes siempre constituye una de las claves de una investigación histórica, y el “hacer hablar a las fuentes” depende de la manera en que el historiador planteé sus preguntas a ellas. La misma fuente puede servir para realizar investigaciones muy alejadas entre sí, con enfoques totalmente distintos; Darnton utilizó varias fuentes sumamente interesantes, tales como el libro que describe a Montpellier, o los apuntes del investigador policiaco, con semejantes fuentes las posibilidades de realizar investigaciones son amplias, e interesantes; sin embargo me parece que se necesita desarrollar una sólida metodología para realizarlas.

Me parecieron bastante interesantes los ensayos de Darnton; sin embargo a diferencia de El queso y los gusanos, aquí me siento escéptico en cuanto a denominarlos “investigaciones históricas”, ciertamente el autor realiza una construcción mental con sucesos del pasado, y reinterpreta los testimonios escritos (y orales) para crear su realidad del siglo XVIII, pero no puedo evitar sentir que los cimientos no se encuentran sólidos, o que se base en demasiada especulación. Supongo que podría decirse lo mismo de muchos trabajos históricos que abordan temas “tradicionales”.

Definitivamente da muchas municiones para un fructífero y apasionado debate defilosofía y método histórico. Mi definición de historia es “la construcción mental realizada con los sucesos del pasado”, por lo que el trabajo de Darnton entra perfectamente en la categoría, y creo que se puede llegar al un concenso de que sí es historia válida. El problema no es si es o no “historia”, sino se se le considera fruto dela historia como ciencia.

Pero, ¿la historia es una ciencia?, sí, se le considera ciencia humana o social, produce verdades relativas, verdades que lo son para un individuo o grupo social; pero que no se expanden de manera universal a todas las sociedades humanas. A diferencia de la gravedad, por ejemplo, que aplica a todos los humanos de la tierra.

Ahora, si se consensa que las verdades producidas por la historia son relativas al grupo social que las enunció y produjo, ¿para qué requiere un método estricto?. Viene a mi mente invariablemente “El orden del discurso” de Michel Foucault. Como dije en párrafos anteriores, la obra de Darnton sin duda abre la puerta a combates por la historia.

Sin duda la lectura de la obra es fructífera, se pueden comprender muchos aspectos que lo que sucedía en Francia durante el XVIII, la sociedad en la que se estaba dando la ruptura entre lo antiguo y lo moderno, y los ensayos de Darnton (sobre todo la descripción de Montpellier) nos demuestran cómo las rupturas se dan a lo largo de generaciones, quienes inician algo, un movimiento ideológico, por ejemplo, son considerados como revolucionarios, pero si se observa las ideas que propusieron, comparadas con las de quienes culminaron con el movimiento, se percibirá a sus postulados como “conservadores” o casi reaccionarios.

Eso es debido a la que nos vamos acostumbrando a las ideas en su etapa de “concluidas”, y no nos percatamos de que las ideas se construyen en procesos largos, y que difícilmente existe la idea “modelo” (tal como describía Platón que se encontraban las ideas en el mundo de ellas).

Al adentrarnos con detenimiento a las mentalidades de la centuria XVIII, pude ver aparentes “contradicciones” o “Incongruencias” entre lo que deberían pensar ciertos estratos sociales, y lo que pensaban; pero de donde proviene mi idea preconcebida de “deberían” quien me dijo aquello?. No hay tal, en realidad las mentalidades no son algo homogéneo, los matices cambian de tono dependiendo de la historia de vida del sujeto o comunidad en cuestión.

Sin embargo, creo que aquella variación de pensamientos en una mentalidad se observa más en los estratos intermedios del siglo XVIII, la burguesía da señales de mayor diversidad en su pensamiento que los estratos campesinos. ¿porqué?.

Darnotn describe la vida de un campesino francés del “antiguo régimen”, para quienes no se lo habían imaginado o planteado nunca. Me era conocida ya la vida del campesino francés; no obstante la narrativa de Darnton de la misma ayudó a que se formase en mi mente la idea de un fuerte determinismo en los estratos inferiores. ¿de qué manera puede tener grandes matices las vidas que transcurren anónimamente en la rutina del campo?, tal como señala Braudel en El Mediterraneo, las sociedades que habitan en zonas rurales entran en una rutina milenaria, cuyos orígenes son difíciles de rastrear, y que sus cambios se realizan prácticamente a la misma velocidad que el paisaje.

Sólo pensemos en la relatividad del tiempo, en el campo el tiempo transcurre lentamente, sin objetos que se muevan rápido, sin mucha gente caminando, en la quietud del paisaje, el tiempo parece inmóvil, mientras se vive trabajando día y noche, del amanecer al anochecer. ¿Cómo pretender que haya cambios sustanciales en las mentalidades de dichos campesinos en su entorno?, la clave está en “en su entorno”. En condiciones cómo las de aquellos campesinos, los cambios sólo podían venir de afuera, de los burgos, donde la vida era regida por el reloj y las prisas.

Esas diferencias entre los contextos rural y urbano, obrero, burgués o “Intelectual”, son las que Darnton logra hacernos captar, con maestría.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Mier y Alamán, Publicistas historiadores

Este escrito es una pequeña comparación historiográfica entre Lucas Alamán y Servando teresa de Mier. Parte de un trabajo de Historiografía mexicana del Siglo XIX.

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Fray Servando Teresa de Mier y Lucas Alamán, publicistas historiadores.

La historia de México comenzó a escribirse antes de que México mismo existiese. Fue el siglo XVIII, repleto de aportaciones de los ámbitos literario, filosófico, científico y mecánico, en el cual se cultivó y germinó el sentimiento de ser mexicano; si bien es cierto que es en el porfiriato donde se forma como tal la unidad nacional, es 1780 el año en que Francisco Xavier Clavijero escribe “Historia antigua de México”, texto con el cual se da inicio a la historiografía mexicana, a la historia de México, décadas antes de que exista una nación independiente, o incluso, una nación imaginaria.

La obra mencionada en el párrafo anterior fue la primera realizada en defensa de un territorio que el mismo libro denominaba “México”, escrita además utilizando recursos literarios de el más elevado nivel, acompañado de sólidos argumentos filosóficos y lógicos. El libro poseía pues una intencionalidad bien definida – realizar una apología de “México”, en un periodo en el cual las ideas “anti americanas” eran populares en los círculos intelectuales europeos. Francisco Xavier Clavijero escribe el libro desde el exilio, puesto que los jesuitas habían sido expulsados de los reinos europeos, y se refugiaban en el Vaticano, rodeando a la única autoridad que obedecían, el Papa.

Creo que se sobreentiende el hecho de que el padre Clavijero no era para nada el genio que había inventado a México y lo acababa de presentar al mundo en su “Historia antigua..”; era sin duda el primero en defenderlo utilizando los mismos métodos de quienes en ese momento dirigían sus obuses hacia lo americano; pero el se encontraba plasmando ideas que circulaban ya entre los hombres letrados de América.

Cuando el libro de Clavijero vio la luz, otro hombre de investidura religiosa se encontraba en un periodo formativo, y absorbiendo de manera crítica todo cuanto podía leer; Fray Servando Teresa de Mier, el continuador de la obra de Clavijero y sin duda uno de los más apasionados defensores de México, así como crítico de lo europeo.

¿Qué estaba sucediendo en esas últimas décadas del siglo de las luces? Se estaban formando naciones, el americanismo comenzaba a brotar a lo largo del continente. Aquí y allá había cada día más hombres que cuestionaban las ataduras de Europa con América, dando origen a sentimientos de odio y amor. No se debe pensar que dichas ideas surgieron de manera espontánea en la mente de los “americanos”, simplemente por que vivían dentro del siglo de las luces; las causas del descontento hacia Europa deben de buscarse en la economía, es ella la que siempre da las respuestas en cuanto a motivaciones para realizar grandes cambios políticos, la economía mueve a las masas, y las masas a la historia.

Contando pues con motivos económicos de peso para desear separarse de Europa, los miembros de las germinántes naciones americanas debían reivindicar su postura ante el mundo y unificar a sus futuros compatriotas para luchar por la causa común. Para ello ¿qué mejor herramienta que la historia?.

Es por ello que en cuento tuvieron la posibilidad (y si no la tenían la crearon) comenzaron a realizar trabajo histórico en serio, el futuro de sus proyectos dependía de ello. Los hechos históricos son igual que los recuerdos, no existen de manera objetiva, sino que se construyen en la mente de quien los invoca, en este caso el historiador; es entonces que comienzan a crear dichos sucesos históricos, fundamentar las bases de sus peticiones, comenzar en el inicio, en aquel origen mítico y utópico, esencial en cualquier nacionalismo, aquel pasado del cual la nación se vio desviada por algún acontecimiento trágico y violente, pero que se encuentra presente en la memoria histórica y por el cual se luchará para “llegar al futuro del pasado”.

Fray Servando Teresa de Mier fue un hombre que llegó a dominar el concepto de producción histórica como base justificante de demandas políticas. Por un lado él careció de una obra maestra histórica, un “libro de libros” sobre la historia; por el otro, y al acercarnos a la lectura de su obra, nos damos cuenta que su producción histórica nunca cesó, toda su obra era histórica; sus cartas, memorias, tratados, ensayos, folletines y demás escritos, se encontraban siempre llenos de alusiones históricas, en en estos escritos breves donde sus historia es plasmada, por lo que nos demuestra que él utilizaba a la historia como un recurso retórico más en sus argumentaciones. En Teresa de Mier no existe una separación entre su obra y su obra histórica, todos sus escritos eran argumentaciones y litigios políticos, y en todas la historia es la basa sobre la cual construye su argumentación.

Es de destacar la manera en que historia y política se unen de una manera tan homogénea en la obra de Mier; orador consumado, retoma de manera brillante el concepto ciceroneano de oratoria y política, los cuales para el litigante romano eran inseparables de la historia. Con elocuencia digna del orador de Arpino, Servando Teresa esgrimía su ideario político respaldado con cañones cargados de metralla histórica; por lo tanto cuando la pasión lo envolvía, se lanzaba a defender postulados históricos que son ahora insostenibles (tal como el cristianismo Azteca); no obstante el hecho de que se dejase llevar por su ideario político y que defendiese a capa y espada falacias históricas, no queire decir que su investigación histórica era incorrecta.

Si se observan sus escritos, se verá la manera en la cual él recurre a numerosas fuentes internacionales, se encontraba en una perpetua lectura de lo que se publicaba, así como leyendo documentos antiguos y visitando archivos históricos. Sus conjeturas y deducciones se apoyan en fuentes, no realiza afirmaciones sin antes haber realizado investigaciones previas, y cada que le es posible indica la procedencia de sus fuentes, para que su obra sea sujeta a comprobación o verificación por sus pares. Es así como encontramos en éste hombre un método histórico no muy primitivo, por el contrario, que demuestra ya rasgos característicos del oficio del historiador; sin embargo su marca más prominente y que considero el eje central de su historia, su principio dominante, es la manera en que realiza la fusión de historia con política, al grado en el cual en su retórica política la historia será un elemento indecantable.

Dicho principio dominante se puede distinguir a primera vista en otro hombre que también formó parte de la primera generación de historiadores mexicanos; pero que al ser comparado con Mier, se presenta como la antítesis del dominico. Lucas Ignacio José Joaquín Pedro de Alcántara Juan Bautista Francisco de Paula Alamán y Escalada, fue quiza e, hombre cuyo manejo histórico se asemeje más al del padre Mier, pero en sentido opuesto.

Calificado por Edmundo O`Gorman como un hombre que debido a sus ideas sobre gobierno y religión era: “un hombre digno de haber nacido en la Alta Edad Media”. Paladín de la monarquía, defensor en todo momento no del catolicismo en sí, sino del derecho del catolicismo a ser la religión obligatoria de toda la nación mexicana.

Por una lado tenemos la frase de O`Gorman para ilustrar el pensamiento político de Alamán, no obstante, dicha cita no explica su pensamiento económico, y por el contrario, lo contradice. Lucas Alamán fue uno de los liberales económicos más “puros” que México ha tenido, sus ideas acerca de la produccion, distribución e intercambio de bienes eran las de el liberalismo ingles de Adam Smith y David Ricardo. Recortar los gastos de producción al mínimo posible, fomentar el uso de crédito por los pequeños y medianos propietarios, impulsar a la propiedad privada; eran algunos de sus postulados.

Lucas Alamán, fue un hombre sumamente letrado, sobre todo en el ámbito de las ciencias exactas o naturalez, pero cuyo dominido del castellano les valió el sobrenombre de “La pluma de oro”. Y es recurriendo a sus dotes lingüísticos y literarios como decide tomar a la historia como un arma política, con la cual no procura forjar identidades o darle impulso al México independiente; sino que pretende utilizar a la historia para cimentar su proyecto político – el de la monarquía católica totalitaria.

Cuando se leen los escritos de Alamán, se aprecia la manera en que la historia se encuentra insertada en su discurso, es una herramienta retórica con la que robustece su discurso y emplea como depósito de parque. Sólo con un dominio profundo de la historia podía soportar los embistes de los liberales políticos que se encontraban en plena justificación mora de la independencia mexicana.

Al igual que todos los que necesitan argumentar un proyecto político ambicioso para el futuro, Alamán encontró en la historia el pasado mitificado y utópico al cual aspiraba regresar; por supuesto que para él no era el pasado prehispánico, sino la Nueva España durante la regencia de los Borbón. Es por ello que realiza grandes estudios económicos y estadísticos, puesto que pretende demostrar la gran calidad de la economia mexicana durante el periodo virreinal; su estudio histórico se centra sobre todo en la última centuria del virreinato, así como en la independencia y primeros años de la república mexicana.

El conocimiento histórico que nace del oficio de Alamán es de carácter comparativo, demuestra que todo tiempo pasado fue mejor, y que todo lo que se construya sobre las bases del antiguo régimen triunfará, lo que no, esta destinado al fracaso. Dicha filosofía de la historia se puede apreciar en diversos estilos de publicaciones que posee, en sus cinco volúmenes de “Historia de México”, se encuentran plasmados los ejercicios históricos comparativos, en los cuales realiza el rescate de la moral antigua, la monarquía y la cristiandad, esa obra, junto con sus “Disertaciones sobre la Historia”, constituyen publicaciones formales, dirigidas a los grupos letrados del panorama mundial, y ante los cuales presenta sus ideas y “evidencias históricas”.

Del otro lado de la mesa tenemos su vasta obra hemerográfica y de panfleto, como redactor de periódicos conservadores, Lucas Alamán arrojaba argumentos y contrargumentaba a los partidarios de una república representativa en México. Sus publicaciones hemerográficas se encontraban dirigidas al público en general, y de todos los estratos de la población mexicana. Al Igual que el padre Mier, Lucas realiza una apología de su programa político, en la cual la historia aparece como una de sus herramientas principales, puesto que ella “le da la razón” sobre la viabilidad de su programa político y sus éxitos históricos. Estas publicaciones de revistas o panfletos se encuentran llenas de historia, todo postulado discursivo se encuentra respaldado por bases históricas; pero lo interesante es que no se conforma de datos históricos aislados, sino que Alamán realiza viajes continuos del pasado al presente y del presente al pasado de una manera muy dinámica, y a lo largo de dichos viajes va retomando elementos de los distintos periodos que le sirven como municiones, y los aplica a la realidad.

Lucas Alamán y Servando Teresa de Mier, hombres que se confrontaron activamente en la escena política, ambos representando a bandos contrarios en el debate político mexicano. Incluso en alguna ocasión, cuando Teresa de Mier pronunció un discurso elocuente en el congreso atacando a los conquistadores españoles, Alamán se apresuró a la bóveda en donde se encontraban los restos de Hernan Cortés, y los ocultó para evitar que pudiesen ser dañados en la trifulca causada por el discurso de Servando.

Teresa de Mier y Lucas Alamán crearon historia de una manera metódica, no sólo recurriendo a fuentes orales y escritas, sino realizando una critica de fuentes, utilizando su criterio para dar forma a su creación histórica.

A pesar de que estos autores tuvieron ideas radicalmente opuestas, ambos compartían la misma visión de la historia, en la cual ella aparece como la herramienta más eficaz y sólida para sostener un programa político. Fueron pioneros en rescatar la visión romana de la historia, tan utilizada por Cicerón en su oratoria, y destacaron por la similitud de su concepción histórica, y por la cual contrastaban con los historiadores que les eran contemporáneos, historiadores que no utilizaban a la historia para insertarla de una manera tan práctica en sus discursos, sino con la intención de crear valores cívicos y patrióticos.

Quizá la diferencia de Alamán y Mier con respecto a sus contemporáneos surge por la función que estos autores desempeñaban en la política, eran publicistas, su función era la de escribir a favor de su programa político, desacreditando a los programas con los que rivalizaban; pudiese ser que de ello devenga la gran similitud del uso que ambos le dan a la historia, y a la manera en que crean historia; pues como ya había mencionado, la historia no tiene una existencia objetiva, sino que se crea conforme a la necesidad del historiador.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Los de Abajo y la muerte del individuo en el cambio de la mentalidad.

El presente texto es una reseña-análisis del libro "Los de Abajo", clásico de la literatura mexicana sobre la revolución.
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Los de Abajo, un verdadero clásico de la literatura mexicana, mucho había yo oído al respecto de el libro, que por muchos lados es citado. Debo admitir que su lectura no me fue fácil, no por complejidad en la trama, en el lenguaje o por manejar conceptos abstractos, todo lo contrario, el libro está escrito en un lenguaje mexicano coloquial, que si para alguien es difícil de leer es para un extranjero; sin embargo ello se debiese a los mexicanismos manejados y no a la redacción, que por cierto es bastante directa y cruda. Si el libro me pareció difícil de leer, es por que la crudeza y banalización de la muerte y la tragedia.

Sucede que la novela fue escrita durante la revolución, por lo que las fuentes del autor fueron testimoniales directas, pudo hablar con la gente y oír las noticias e primera mano, sus descripciones no corresponden a las construcciones de su imaginación, sino que provienen de lo que él vio, y sintió en carne propia; lo anterior vuelve a la novela más difícil de digerir para mí, puesto que no la figuro como un suceso ficticio, sino como una crónica de acontecimientos reales; puesto que bien puede ser que Demetrio Macías sea un nombre inventado, al igual que Venancio, Pancracio o Camila, sin embargo estoy consciente que que hubieron decenas de Demetrios Macías, su historia no es falsa, sino que es la historia que padecieron cientos de personas durante la década que inicia en 1910.

En la novela se pueden apreciar los cambios de contextos, desde la “paz” forzada que existía durante el porfiriato, un acuerdo tácito entre todas las partes de la población, en el cual la gente era explotada pero con límites en su miseria, un status quo que se rompe a finales de Porfiriato, cuando la modernidad y el capitalismo entran de manera más directa al campo mexicano, empujando a terratenientes y hacendados a llevar sus prácticas de explotación a nuevos límites, y es allí donde se da la ruptura definitiva.

Demetrio Macías era un “hombre honráo” que trabajaba la poca tierra que le quedaba, sembraba poco, pero le alcanzaba para mantenerse con su familia, pero conflictos con el cacique local lo llevan a huir y tomar las armas. El cacique local “Mónico” lo acusa de maderista, cuando Demetrio no sabia siquiera que era aquello, el no conocía de política, “a mi esas cosas no me entran” como siempre decía; sin embargo su situación nos lleva forzosamente a preguntarnos, ¿cuantas personas no padecieron de lo mismo?, tildados con adjetivos que desconocían y forzados a abandonar su vida y a luchar por ideales que no comprendía, en una lucha que no era la suya.

No es el caso aislado de la revolución mexicana, en la muchas guerras sucede lo mismo, hombres mueren en guerras que no son las suyas; puesto que ni Madero, ni Carranza, Obregón, Orozco e incluso ni el mismo Villa peleaban por gente como Demétrio.

Ni una macro visión, ni ideales existen en la cuadrilla de Demétrio, él y sus hombres tienden emboscadas para los federales que los van a buscar, pero no ven necesidad alguna de salir de sus serros, allí viven y lo que desean es seguir viviendo allí como antes, poco importa si la comida les era escasa antes de la revolución, si debían trabajar todo el día, si había o no justicia social, esa era la vida que conocía y simplemente les “cuadraba”.

Aquello fue un patrón constante a lo largo del país, uno de los pocos presentes un la mayoría de las regiones del territorio nacional (tan diversas en contextos, situaciones económicas y sociales), el apego que la población tenía su estilo de vida, “campesinos que no querían cambiar”(como dijo Womack), a lo mucho como Villa buscaban “que se respetaran sus derechos”; pero incluso si se analiza dicha demanda de Villa ella no suena muy revolucionaria, pues no propone destruir lo existente o cambiar las normas, por el contrario mantenerlas, simplemente que se respeten las existentes.


Para la cuadrilla de Demetrio conocer a Luis Cervantes fue definitivo, bueno o malo son adjetivos que no se pueden aplicar a dicho acontecimiento, de hecho son adjetivos que no tienen cabida en toda la novela, son quizá las palabras más vacías que existen para describir a los acontecimientos que tienen lugar en “Los de Abajo”; sin embargo el conocer al “el curro” fue algo que selló su destino, Luis Cervantes había estudiado periodismo y conocía de medicina, tenía una visión amplia de lo que sucedía en el país, para él se encontraba en una guerra de ideales, de vencer a los poderos y opresores que se alimentaban de los despojos de la nación. La visión de Cervantes fue lo que los guió a salir de la sierra y unirse a Pánfilo Natéra en la toma de Zacatecas que quedaría inmortalizada en el famoso corrido de la misma.


En la batalla Demetrio y sus hombres destacan por su valor y su desprecio a la muerte, y finalmente ¿a que le podían temer esos hombres? ¿que podían perder?, se lanzan de frente a las ametralladoras riendo y realizando apuestas sobre los “federicos” que desplomarían, logran pasar las trincheras y colaboran de gran manera en la toma de la ciudad, la cual precipitó la caída de Victoriano Huerta.

En la siguiente fase de la novela viene lo que para mí es lo más crucial, crudo y realista de la misma; después de la toma de Zacatecas los hombres de Demetrio conocen la práctica del saqueo, el cual les era desconocido en su sierra, allí al verse en un contexto de carencia de autoridad y donde el saqueo, hurto y la violencia eran algo común, y donde los valores que aplicaban en la sierra no estaban presentes por algún lado, ellos padecen una transformación interna y se lanzan a realizar “avanzadas” para reclamar lo que justamente les corresponde.

Lo que más me llamó la atención de los sucesos que allí se desarrollan es el de las miradas a la muerte, sabemos bien que hace un siglo la muerte era vista de otra manera, las condiciones de salud eran tan precarias que la muerte era algo normal, un invitado a la mesa que siempre seguía a los grupos humanos, mortalidad infantil, enfermedades, querellas que terminaban a cuchilladas o vaciando barriles de revólveres en las cantinas; no obstante se observa un cambio mayor en las perspectivas de la muerte cuando se ven envueltos en la anarquía y barbarie que envuelve a las guerras, allí la muerte de vio despreciada por completo, se llegó a un grado de aceptación tan grande que la muerte de un hombre no significaba nada, se mataba por gusto, como si de comer se tratara, es cierto que la manera en que visualizamos las cosas o el simbolismo que les damos a las mismas varía totalmente dependiendo de el contexto, sin embargo me llamó la atención la velocidad en que dicha adaptación se dio. Poco tiempo y muchas muertes causaron que los hombres sintieran a la vida y a la muerte de otra manera, ganarse una bala en la cabeza era sumamente fácil en medio de una batalla, por lo que fuera de ellas los hombres mantenían en su subconsciente que la muerte era fácil.

De lo anterior puedo observar y plantear la hipótesis de la muerte del sujeto, el individuo no se encuentra presente en Los de Abajo, ni en la revolución mexicana, los contextos van formando a los hombres en la medida en que ellos transforman al contexto, la cantidad masiva de hombres que se ven empujados a realizar acciones que en el fondo no desean o no es su meta, sin embargo se ven inmersos en la inercia del movimiento, como ejemplifico Demetrio, la piedra que se arroja por la barranca no se detiene. Lo mismo sucede con las mentalidades de los hombres, la mentalidad colectiva va transformándose, adaptándose a los nuevos contextos, en los cuales los juicios morales que realizaban en el contexto anterior carecen de validez y de sentido, se ven sucedidos por un nuevo marco moral que responde a las nuevas necesidades, formado por el conjunto de las acciones que realiza la colectividad más el contexto geográfico y natural que los rodea.

La perdida no sólo de la individualidad, sino de el poder de decisión es totalmente evidente el la novela, y al aplicarlo a la realidad nos permite tener una idea más clara de como son los acontecimientos humanos, los grandes movimientos, no sin razón la llamaban “la bola”.

A los hombres de Demetrio se les unen diversos revolucionarios, acostumbrados a sus propias reglas y a realizar las cosas de una cierta manera, logran cambiar igualmente a los hombres de Demetrio, que se comportan ya como el resto de los revolucionarios, se mueven al lugar que sus órdenes les indiquen, las cuales muchas veces son vagas o genéricas, practican el saqueo a todas las poblaciones a las que llegan, lo cual no lo realizan con maldad, lo consideran algo natural, parte de la dinámica de la guerra en la que se encuentran, no es por justificar a sus acciones; sin embargo nunca realizan un juicio sobre sus nuevas prácticas, desde matar por diversión hasta saquear las casas y violar niñas, en todo momento se aprecia la inercia que empuja a los hombres a el contexto de anarquía (no anarquismo) que vive ahora el país.

La cuestión de los ideales se encuentra presente por muchas áreas de la novela, vienen a mi mente un debate histórico acerca de la revolución francesa, en los libros de texto siempre se señala a las ideas de la ilustración como las que causaron a la revolución francesa; sin embargo al ver el contexto nos encontramos con que Francia acababa de pasar el invierno más crudo en 150 años, que la perdida de cosechas disparó una inflación al grado de que una hogaza de pan costase el equivalente al suelo de un mes; por lo tanto, ¿que tanto fueron los ideales ilustrados y que tanto fue el hambre que asolaba Francia lo que empujó a las masas a levantarse?, recordemos que la gente no tenía idea de que significaba la ideología, ellos respondían a sus necesidades básicas, el hambre es algo que todo humano comprende.

En Los de Abajo vemos que los revolucionarios allí presentes tampoco tienen idea de que es el villísmo, ni el carrancismo, o el maderismo, Zapata no es mencionado en la obra, ellos se encontraban ya peleando, empujados allí por conflictos sociales que no se encontraban relacionados con las causa que empujaron a sus líderes supremos a la revolución. De alguna manera Villa sí se identificaba con estos hombres, puesto que él tampoco perseguía ideología y si entró a la revolución fue por encontrarse en el lugar equivocado en el momento equivocada, y porque le gustaba mucho el “relajo” que la revolución prometía; sin embargo esa falta de ideales se vio en la manera en que se unió a Madero, luchó contra Orozco, Huerta, Carranza, Obregón, el enemigo por ser enemigo y no por tener ideales encontrados, un situacionalísmo y el actuar como contrapeso era lo que definía muchas veces a la postura de Villa.

En los casos que aparecen en el libro la situación es la misma, desde los federales reclutados en la leva, a los desertores de ella, los campesinos o vaqueros del norte, nadie pelea por los elocuentes discursos que declaman los hombres que saben “escreber”, palabras demasiado complicadas, ideas demasiado abstractas, ¿patria? ¿nación?, ¿qué puede significar aquello para el que vive en la sierra?, sin duda aplauden cuando dichas palabras se dicen en un brindis celebrando la victoria, pues ciertamente suenan complicadas y bonitas; pero la revolución mexicana funcionaba más como un tren, tú no tomas un ferrocarril, él te lleva.

Cuando Demetrio adquiere un ejército más grande se dirige hacia Aguascalientes, no sabe de los acontecimientos que allí sucede, sólo Luis Cervantes le aconseja ir, puesto que él si tiene conciencia de la importancia de la convención que están llevando a cabo los lideres revolucionarios, llegan a la ciudad, la cual se encuentra en ruinas, ha tenido mejores momentos, y allí deben decir a que facción de las que ahora emergen se van a unir, Demetrio por supuesto no ve diferencia entre ambas, ¿Carranza es bueno? ¿Villa? Da igual, de todas maneras vamos a tener que matar y pelear.

Realmente no había mucha diferencia ideológica entre ambas facciones, es por ello que Friedrich Katz afirma que el nivel del violencia que desató la lucha denominada “de facciones” es misteriosa e intrigante, ya que no eran muy distintas entre sí y su enemigo ya había sido derrotado. Aún que en lo que sigue de la obra no se ven combates más sangrientos o dicho nivel de violencia de manera directa, si se entrevé bastante bien el hecho de que el nuevo combate era diferente a todo lo que habían hasta ahora realizado. La bola de Demetrio se encuentra ya cansada, desmoralizada, con padecimientos de hambre y sed mientras marchan eternamente a enfrentar a un nuevo enemigo, los hombres se encuentran ya muy lejos de sus tierras, y mueren por todos lados sin saber porqué y matan desconociendo el pecado del abatido.

Dicha situación afectaba ya psicológicamente a los hombres, si la muerte se había ya banalizado y convertido en algo sumamente normal, ahora se estaba volviendo enervarte, mareaba ya el tener que matar y ser matado sin razón, simplemente por inercia y costumbre, todo propósito perdido, matando hombro a hombro con antiguos federales, aquellos que anteriormente eran el enemigo encarnizado y odiado, “pos yo que no me comprendo por qué seguimos luchando, ¿pos no que ya destruimos a la federación?”.

Aquél mareo de años de guerra tiene efectos no sólo en la mente de los hombres, sino en la situación económica del país que vivió una hambruna y escaecés de alimentos enorme. Cuando los hombres de Demetrio llegan a los pueblos y se dirigen a pedir alimentos, la señora que los atiende les indica que sólo hay para comer chile picado y sal, ni siquiera tortillas tiene la gente, pues no hubo cultivos de maíz en la temporada. La violencia que desencadenó la lucha de facciones causó perdidas en los cultivos, pueblos que huyeron no pudieron cultivar, el país quedó descuidado en todos los sentidos, las oficinas de gobierno se encontraban vacías, no había servicios públicos, agua, alumbrado, limpieza de calles, trámites, escuelas, todo ello se había terminado en la guerra civil que ahora se extendía por grandes áreas del país; incluso se puede ver el despreció de la gente hacia el dinero, que ya no tenía validez, con los cambios de presidente que había la moneda igual cambiaba y perdía su valor, cuando los revolucionarios mostraron su dinero a la señora de la fonda para incentivarla a darles de comer, ella les contestó “pues cómanse sus billetes si tantos tienen”.

Dichas circunstancias calaban hondo en el país y sus habitantes, cargaban oro y joyas que habían saqueado, pero sus ropas se encontraban hechas jirones y sus provisiones vacías. En aquello andaban Demetrio y los suyos cuando se enteran de que Pancho Villa había sido revolcado en Celaya, su aura de invicto ya no existía, que era parte de lo que juntaba a tan grandes cantidades de hombres a su alrededor. Desmotivados y hambrientos, Demetrio dirige a sus hombres a Zacatecas, de regreso a su sierra, lo cual no fue la decisión más acertada puesto que al haber vencido Obregón a Villa en el bajío las tropas carrancistas se encontraban cazando a los supervivientes de la división del norte.

Después de un fugaz y triste encuentro con su familia, Demetrio y sus hombres se hallaban caminando por los cerros en los cuales cazaban federales tiempo atrás, y de la misma manera en que Demetrio y sus hombres habían emboscado a los pelones, caen ellos en una emboscada de las tropas carrancistas, que con ametralladoras los desgarran desde las alturas, uno a uno caen los hermanos de armas de Demetrio, sus amigos son cortados por fuego de ametralladora que les llueve de las colinas, Demetrio rueda y se parapeta en una pequeña gruta, y sin errar un tiro comienza a matar carrancistas.

El final del libro deja un triste sabor en la boca, la suerte de Demetrio es desconocida, aún que se entrevé que se salvó por el momento, puesto que los carrancistas se iban a perseguir a los que huían; sin embargo la novela llega a un fin ya conocido:

Sabemos en qué terminó la revolución, qué fue de la nación años más tarde, y el hecho de que Mariano Azuela termine su novela en 1916 nos permite ver que realizó una descripción de lo que tenía a su alrededor, que el hambre, la escasez, la violencia y el brutal cambio de contexto que se vio en el país fue real, que las circusntancias materiales y de la colectividad imaginaria empujaron a los hombres a la guerra, a matarse sin tregua, enfrascados en una guerra civil. Sin embargo no hay que perder de vista que Azuela describe sólo una cara de la revolución, el movimiento zapatista no se ve reflejado ni el norte descrito, sin embargo lo que de ella podemos extraer es muy rico.

martes, 1 de noviembre de 2011

Ensayo sobre Nacionalismo.

El presente ensayo fue escrito hace un año, trata sobre el tema del nacionalismo, una ideología que ha influido mucho a los movimientos históricos de la era moderna a la fecha. Al principio impulsando eventos de tipo coyuntural; pero por la larga duración de la influencia de ideologias de tipo nacionalista, es necesaria otra mirada a la cuestión.

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Ensayo sobre el Nacionalismo

Cuando observamos las fotografías que desde el espacio son tomadas a la tierra es casi imposible que no tengamos una vorágine de pensamientos y sentimientos profundos, los cuales muchas veces no podemos separar o distinguir claramente, pero que sin duda están presentes en nuestra mente. Uno de dichos sentimientos que logro aislar es el de tener frente a mi una imagen de el lugar encapsulado en donde han ocurrido casi todos los eventos históricos que nos han afectado, en el cual han ascendido y caído reinos, imperios, ejércitos han chocado y decidido el futuro de miles de personas. Donde todos los libros han sido escritos, filosofías concebidas, movimientos gestados, manifiestos publicados y muros derrumbado.

Sin duda, cada una de esas épocas ha sido marcada por filosofías que han sido aceptadas como verdades, así como afirmaciones que son tomadas como conocimientos lógicos, elementales y universales, pero que con el paso de los siglos e incluso las décadas, han caído por si solos, y para las generaciones que les preceden no simbolizan más que curiosas anécdotas de antepasados perdidos, y que el estudiante de los sucesos pasados deshecha con una sonrisa en parte de asombro en parte de incomprensión, la cual firma preguntándose cómo es que alguien pudo pensar que el agua era el origen de todo en la tierra o que ella era sostenida sobre los hombros de un titan posteriormente convertido en piedra para mitigar su dolor.

Observando el paso de los siglos vemos que en los momentos de alta tensión en la historia surgen una combinación de personajes e ideas, que son quienes impulsan o guían hacía el nuevo brinco histórico. Esto sucede tanto en pequeñas escalas cuya presencia no es notada, como a macro escalas, en las cuales a pesar de que ellos hayan surgido detrás de una brecha que nos separa espacial como temporalmente, nos han afectado a tal grado en que bien pudiese ser que no estuviésemos ahora vivos, que nuestros territorios tengan nombres distintos e incluso que los ecosistemas en los que vivimos no existan.

El problema reside en que incluso esos macro eventos o personajes van pasando al olvido, a veces despacio, otras de golpe y es así como aquél rey Maya que afirmó que los logros de su reinado habían sido tan magnos y su gobierno tan prolífico que sin duda la fecha de su nacimiento se seguiría celebrando aún para el año cuatro mil (según nuestra cronología), pero que ahora nadie recuerda su nombre; y es así como los nombres de dinastías enteras permanecen hoy olvidados por completo, de tal forma que incluso los indígenas mayas que habitaban en los alrededores de Chichen Itza respondían con un “quién sabe” cuando se les preguntaba sobre las ruinas de la magna ciudad, o que urbes aún mayores como Ang-Kor hayan permanecido olvidadas en la selva por el paso de los siglos.

Pero, ¿a que viene todo esto?, a que por magno o importante que algo nos parezca, no sabemos cual será su duración e impacto al paso de la historia y es por ello que Eric Hobsbawn reflexiona al respecto diciendo que quizá para el espectador futuro la guerra fría no sea más que un insignificante y curioso paréntesis en la historia.

A continuación es escribiré de un fenómeno histórico-social que ha estado presente en la historia moderna, propagándose como el fuego por el bosque a lo largo y ancho del mundo, que sin duda alguna ha dado forma de manera un tanto violenta a nuestra realidad; pero que cuyas consecuencias verdaderas, opino, aún no podemos delimitar o intentar aislar. Sin embargo antes de empezar a hablar de consecuencias, debo decir que incluso al él mismo es complejo de aislar como suceso o hecho específico a lo largo de la historia, hablo por supuesto del nacionalismo.

¿Y que hay de él?, El nacionalismo ha marcado de una manera determinante nuestras vidas, aún que en nuestro entorno mexicano no ha sido hasta ahora algo latente, pues si bien es cierto que en la historia mexicana han habido líderes que recurran a un discurso referente a la mexicaneidad, dicha retórica ha sido mas bien arenga política, y ha carecido de la profundidad o los argumentos filosóficos del nacionalísmo; aun que el discurso de José Vasconcelos otorgó a un nacionalísmo mexicano de las bases filosóficas, sus argumentos no fueron retomados y se han ido perdiendo en la institucionalización partidísta del México contemporáneo. Practicamente todo el mundo se ha visto afectado por las transformaciones llevadas a cabo por quienes se han llamado nacionalistas.

Antes de proceder, trataré de delimitar algunas nociones del nacionalismo. El nacionalismo indica que una entidad (nación) está conformada por todas las personas que comparten una historia “sanguínea”, así como por las tradiciones, costumbres, valores e ideales que ella tenga bajo su seno, y por lo tanto ninguno de esos elementos puede ser considerado más importante que la nación en sí, y que por el contrario, cada una de las partes de la misma deben contribuir en todo lo posible para lograr los ideales de la nación.

Cuando analizo la historia, me parece que el nacionalismo es una consecuencia de el perfil instintivo del ser humano (como especie), y que es el desenlace de las circunstancias históricas y sociales, por lo tanto no puedo considerar que exista algún padre del nacionalismo al que se le pueda atribuir la creación del mismo; esto viene para que posteriormente no existan dedos señalando acusatoriamente a alguien o a una época determinada por las consecuencias del nacionalismo.

El primer nacionalismo que puedo encontrar en la historia es el romano y no el alemán cómo algunos pudiesen señalar. Roma durante su época republicana contaba ya con todas las características de un estado nacionalista. Si recordamos dicha historia vemos como nadie es o puede pretender se más que la Roma, ella es más que una ciudad, representa más que una república, era para ellos valores, costumbres, tiempos, civilización, gloria y sueños. Ellos como muchos otros inventaron el mito de su descendencia divina que les justificaba superioridad; así como para alguno el pueblo alemán descendía de los arios, para los romanos ellos descendían de Marte, de Afrodita.

Y siguiendo por el sendero romano vemos cuando surgen los sentimientos nacionalistas en la joven república – con la crisis-, es ella la constante en los estados nacionalistas, un período de crisis con consecuencias traumáticas de donde un grupo de personas toman el dolor o la humillación sentida y la transforman en guía del progreso, y es así como el saqueo de Roma a manos de los Galos y las crisis en las cuelas Cincinato emerge del campesinado (nótese el arraigo a la tierra natal), puesto que Cincinato era agricultor) Hacen que Roma adopte el nacionalismo como bandera que le permitirá no haber sido igualados en algunos aspectos (en otros superados).

Del análisis del nacionalismo en la antigua república vemos un lado positivo del mismo, ya que permite a los estados recuperarse prontamente de la crisis y le da nuevos ánimos para continuar en la búsqueda de sus ideales. Recordar cómo un hombre podía ser cónsul las veces que sean necesarias para impulsar a Roma adelante y que no se viese bloqueado por completo por sus adversarios políticos, porque todos tenían como prioridad alcanzar los ideales romanos, lo demás pasaba a segundo plano. Temerario pudiese sonar, pero sin el nacionalismo que vio Roma no hubiese sido lo que fue (me refiero por completo a la república).

Me parece un punto bastante fuerte a favor del nacionalismo, puesto que en la historia podemos ver que las sociedades que deciden adoptar el nacionalismo como bandera logran tener un gran desarrollo e algún ámbito, se superan e incluso llegan a superar a los estados vecinos que carecen de dicha cohesión que garantiza el formar parte de algo superior, de un diseño mayor. Estas aspiraciones o sueños a “el plan mayor” son de las características que me parece señalan hacia un origen biológico del nacionalismo; puesto que, comparte cierta esencias o rasgos de la espiritualidad humana, o señas inequívocas de debilidad, como las llamaría Nietzsche.

Puesto que en todos los casos y tipos de nacionalísmos (orgánico, voluntario y de la antigüedad) hay “algo más” “superior”, el mismo discurso pregonado por las agrupaciones con carácter religioso – espiritual, desde las mafias más elaboradas y con más seguidores a nivel mundial, hasta las creencias naturistas espiritistas de la “nueva conciencia” y el “new age”. Recordemos que los humanos como animales sociables y por supervivencia tendemos a buscar diferencias y semejanzas entre nosotros, para poder agruparnos de manera más unida en familias y clanes; pero también en religiones, “tribus urbanas” e incluso clubes os sociedades ociosas, siempre estamos buscando separar y unificarnos, y entre los grupos buscar la elevación sobre los demás. Genética lo llaman algunos.

Por lo tanto, si es algo que puede venir genéticamente en las personas ¿porque buscar un rechazo a él?, ¿por que no adoptarlo cómo parte de nosotros en esa búsqueda del “retorno a lo natural”?.

Algunos nacionalistas ya señalan esto como parte de su tesis a favor de su doctrina, y nos mencionan que los ideales de la nación y la defensa de los mismos constituye parte de las características fundamentales de una nación.

Pretendemos ser seres racionales, no podemos dar rienda suelta a los instintos humanos con el argumento de que ya están en nosotros. Y no lo digo por defender alguna postura en el debate nacionalista, sino por sentido común refiriéndome a los instintos de los humanos en general. Sería parafraseando a Nietzsche, la derrota de la razón y voluntad humana antes las comodidades de la barbarie.

Sólo cuando el Reich, abarcando la vida del último alemán no tenga ya la posibilidad de asegurar a éste la subsistencia, surgirá de la necesidad natural del pueblo, la justificación moral de adquirir posesión sobre tierras en el extranjero” - Hitler, Mein Kampf.

He aquí el primer clavo del nacionalismo, el afán de alcanzar los ideales y metas de la nación, considera como “derecho natural” el tomar acciones bélicas contra otras naciones. Recordemos que no hay nada ni nadie superior a la nación, eso incluye por consecuencia a la demás naciones.

Por supuesto que podemos sugerir que es ese un aspecto positivo del nacionalismo, puesto que limita las guerras hasta el momento en el cuál el estado “no pueda garantizar la subsistencia”, refiriéndose a que primero hay mucho que hacer antes de recurrir a las armas, mientras que revisando la política mundial sin nacionalismo, las guerras han sido constante a lo largo de los milenios.

Pues no, veamos con cuidado algunos aspectos cualitativos de las guerras. La justificación, tanto moral como material que hay en ellas. Y es aquí donde el nacionalismo comparte nuevamente rasgos con las religiones. Retomando la linea del “plan superior”, las guerras de los nacionalistas no pueden ser ilegítimas, por el contrario, cuentan con toda la legalidad moral al punto que dejan de ser moralmente permitidas para convertirse en moralmente obligatorias, entonces se convierte en el deber de los individuos hacer la guerra y destruir a quienes se encuentren en el camino de la nación o a destruir a los infieles, “matadlos a todos pues dios reconocerá a los suyos”.

Dicho sentimiento de legalidad que nacionalistas sienten que poseen es u a de las armas peligrosas del mismo, pues recordemos que no es que ellos “intuyan” o “crean” que están en lo correcto; sino que tienen absoluta certeza y convencimiento pleno de que están realizando lo justo y forzosamente necesario. El nacionalismo inyecta e las venas el fanatismo que normalmente sólo se encontraba en los religiosos. Dicho fanatismo es una consecuencia inevitable de el nacionalismo y no es algo controlable, se propaga como fuego por los secos pastizales quemando a su paso. Pero incluso aun que se buscasen maneras de evitar extremos, la propia naturaleza del nacionalismo no lo permitiría, pues es precisamente dicho fuego lo que le da su fuerza y lo que lo vuelve tan efectivo, sería como el pretender hacer Minas anti-personal que no arrojen esquirlas al explotar

Abordando otro aspecto del nacionalismo, vemos que este es adoptado con gran fervor entre los jóvenes y son ellos algunos de los que le dan más vigor al movimiento y se convierten en sus activistas radicales. Esto se debe primordialmente al funcionamiento genético de la juventud, biológicamente hablando los genes humanos han evolucionado para romper con lo establecido con el propósito de buscar la renovación, evitar el estancamiento de ideas y las decadencias de la especie.

Los jóvenes requieren al igual que casi todos los humanos el pertenecer a un grupo fuerte, la idea de que el camino a la trascendencia es a través de impulsar a su nación a la grandeza, a alcanzar los ideales y metas que nunca habían sido logrados pero que son muy codiciados, es su camino a la posteridad el ser recordados como la generación que logró otorgar la antigua grandeza a la nación o logra aplastar a los antiguos y acérrimos enemigos.

Es así como vemos que en estados con un pasado (o presente) nacionalista los jóvenes constituyen un importante grupo de choque, el brazo armado violento y temible, muchas veces con un fanatismo mayor al de los adultos.

Me parece digno de análisis el determinar que tan relacionado realmente están muchos de estos grupos con el nacionalismo. Definitivamente ellos se consideran parte de su movimiento; pero que tanto es el prospecto de alcanzar los ideales puestos sobre la mesa por sus padres o abuelos, y que tanto es el pertenecer por el simple sentido de “pertenecer”. Sabemos que los jóvenes también requieren sentirse aceptados y en la sociedad es común que se formen “bandas” o “pandillas” de jóvenes sin un futuro intelectual que se dedican a delinquir y a confrontarse con las pandillas rivales. Me refiero a ¿que tan nazi es un neonazi? (por poner un ejemplo), ¿de verdad comprenden la filosofía que defienden?. Lo dudo rotundamente; sin duda conocen las ideas y dicen aceptarlas como suyas; más sin embargo veamos los rasgos de estos jóvenes, sin futuro educativo, con mucha ignorancia y violencia. Me parece que lo único que hacen es tomar el nacionalismo como excusa para ser, pues el humano siempre busca ser, todo con ta de no ser. El nacionalismo les proporciona con facilidad esta vía y les da las respuestas sobre la estructuración de su grupo, ya que les dice cuales han de ser sus ideales, cómo se han de comportar y lo elemental: les proporciona a su némesis.

Recordemos por un momento lo que pasó en “El Lieja”, este es un bar que se ubica en Vallecas, la colonia obrera de Madrid; este bar es de los jóvenes Anarcopunk españoles, los Anarcopunk tienen una ideología basada en el anarquismo de Bakunin, Kropotkin y Durruti (sobre llevar a la práctica y a la acción la resistencia). Un día llegó al bar un pequeño ejercito formado por neonazis y fascistas españoles – enemigos a muerte de los punk (por la ideología “comunista”), llegaron a atacar a los anarco punk y empezaron una lucha muy violenta de pandillas, comunistas y anarquistas contra fascistas, la batalla resultó en la derrota de los agresores, aun que al final de esta llegaron los anti-motines a separar a los combatientes y a reprimir a los agredidos.

Actos de esta naturaleza son comunes en Europa llegando al grado donde incluso jóvenes que se dicen nacionalistas incendias edificios departamentales donde habitan inmigrantes. Y aunque en México los jóvenes nacionalistas no tengan presencia, en Sudamérica han formado bastiones fuertes, como en el caso de Chile o Argentina, naciones con pasados de dictaduras de derecha. Un hecho curioso en que en los países en los cuales se han conformado grupos de nacionalistas, igualmente tengan fuerte presencia los jóvenes con ideologías Marxistas o Kropotkianas, efectuando un contrapeso social entre la población. Ellos son la contra del nacionalismo, pues lo que propagan es la unión entre “los de abajo” en todo el mundo y son enemigos declarados de los nacionalistas.

Sostengo que en la mayoría de los casos los jóvenes que se dicen nacionalistas no comprenden lo que defienden y que para ellos el nacionalismo sólo es “un camino más”. Pero de igual forma quiero dejar claro que esto no lava las manos del nacionalismo, y no lo hace por dos motivos; primero Porque él mismo recibe a estos grupos con los brazos abiertos, y entre más miembros de la nación tomen la bandera de la lucha por los ideales mejor. Segundo, porque constituye un camino más que lleva a la violencia y a la polarización de la personas.

El debate del nacionalismo va más allá de sencillos razonamientos, pues considero que forma parte del enredo de la ética. ¿Hasta qué grado alcanzan los derechos de una sociedad? Fácilmente podemos abogar que tienen derecho a retomar los valores que los distinguen y los caracterizan, sus tradiciones y costumbres, así como buscar la preservación y trascendencia de los mismos; pero el hecho de que sostengan que tienen derecho de remover todo a su paso es donde se centra el nudo.

¿Acaso poner el límite de las aspiraciones de una nación en el lugar donde comienzan los derechos de otras?. Ciertamente puede parecer injusto para ambos bandos, no es justo que se quiera limitar el desarrollo de una nación, así como tampoco lo es el atropello de los derechos humanos.

Lo que me parece es; que el nacionalismo debiese ser evitado, los conceptos nacionalistas de fronteras y límites me parece que son ya arcaicos y que en un avance de la humanidad ambos debiesen ser eliminados progresivamente. Por supuesto no significa la abolición de las diferencias culturales, jamás pretendería insinuar la homogeneidad de la cultura como pretenden algunos liberalistas. Puede existir un mundo sin países, pero manteniendo la diversidad cultural, puesto que no debe confundirse la identidad con el nacionalismo, que trae consigo los sentimientos de superioridad e inferioridad racial.

Estos problemas radican esencialmente en la educación y la cultura, los mitos han existido desdé que el homínido evolucionó la imaginación; pero los mitos se convierten en arcaísmos cuando son ampliamente superados por conocimiento científico o racional. Es aquí donde radica uno de los puntos más importantes de la educación y la ciencia, pues de ellas depende la erradicación de la creencia en mitos. Hay que subrayar la diferencia entre no creer en mitos y su erradicación por completo. Que sean estos conocidos como un recuerdo del pasado, que formen parte del acervo cultural de la humanidad, no que sean apropiados por grupos en particulares, sino que podamos compartirlos todo y que la diferencia entre ellos y los cuentos sea su antigüedad.

Mientras tanto, no podemos querer evitar al nacionalismo en las sociedades modernas, porque aún que se pueden observar claramente los daños y guerras que ha causado y a los que invariablemente conduce por su naturaleza, estaríamos atacando a las libertades de cada pueblo e individuos. Y aun que el nacionalismo ha durado más de lo que los Marxistas o analistas creían cuando este surgió, la única manera que veo de que se vaya es por medio del combate a la ignorancia.

Hasta que él no se haya ido de la tierra y no se haya convertido en una filosofía del pasado como las que mencioné al principio, sólo podemos prepararnos y sujetarnos fuertemente para lo que está por venir, haciendo un pequeño diagnóstico de la situación mundial actual observamos muy presentes a las actitudes de las cuales se alimental al nacionalismo, tales como la existencia de varias naciones dentro de mayoría de los países, las guerras de ocupación territorial, la ignorancia y credulidad en lo metafísico con tal de que ofrezca consuelo, esperanza o resulte reconfortante; y mientras existan dichas condiciones al nacionalismo aún le quedarán muchas páginas en los libros de historia.